El intérprete actúa como un puente de comunicación entre los hablantes de distintos idiomas. Esto demuestra que ésta se basa en el discurso oral, lo cual la diferencia de su hermana la traducción que es escrita.
La interpretación es la mediación de dos sistemas lingüísticos, dos culturas y dos sistemas conceptuales distintos. Dicha mediación es la que permite expresar el significado, es decir, la interpretación transmite sentidos, no palabras.
La interpretación es una actividad compleja pues depende del fluir del discurso, así como del dominio de diversas tareas simultáneas. Ésta conlleva un esfuerzo extenuante en el que se tiene que controlar la tensión y el estrés. Requiere mucha adaptación a las distintas dificultades que se presenten en el discurso y en el ambiente en el que se lleva a cabo la actividad interpretativa.